Con esta campana se llamaba tradicionalmente a misa a los lugareños que antaño laboraban el campo en los alrededores del Cortijo de Prado Montero, en Quéntar, propiedad de los herederos del célebre pintor granadino D. Gabriel Morcillo. Corona un risco que se halla sobre la explanadilla de Santa María de los Labradores, una ermita al aire libre con grada, confesionario y pila de agua bendita, todo muy recoleto. Santa María es una pequeña figura que se asienta sobre una cruz de unos cuatro metros de altura. "Danos la paz y la lluvia y danos también las flores, Madre María de los Labradores", reza una inscripción en la piedra. Este precioso paraje posee fuente de nacimiento, veredillas preciosas y una profusa arboleda.
Los campos están desiertos de gente, al contrario de lo que ocurría antaño. Pocos paisanos escucharían el tañer de esta campana hoy en día. Empero, cada 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen, se celebra una romería a esta bucólica ermita. Lo dice un redomado agnóstico muy respetuoso del credo ajeno.
La imagen fue tomada la tarde del último día de septiembre. Véase al fondo el sol reverberando sobre elementos del pueblo quentareño.
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